Reseña de Christina Berg Jakobsen, profesora y colaboradora de Libroalegre: Poco importa nacer en corral de patos, siempre que salgas de huevo de cisne

26 abril, 2017

La vida del pequeño protagonista en el cuento El patito feo no es fácil. No se parece a los otros patitos del corral. Su huevo tarda mucho en empollar y cuando llega al mundo, no se parece a sus 6 hermanos. Es torpe, es mucho más grande, y todos los patos del corral lo llaman “Grandulón” y le dicen “¡Ojalá te pille el gato!”.

Al final escapa de su granja, buscando abrigo en muchos lugares, pero sin suerte. Es diferente, no es cómo los otros patos. Los patos, el pavo, la gallina, nadie lo soporta. El patito feo se ve así como todo el mundo lo ve: feo, diferente, malo. Cuando lo rechazan piensa, “Es porque soy tan feo”.

Un día descubre unas aves hermosas y blancas levantando el vuelo sobre el agua. Le impresiona como nada que ha visto antes. Le inspira con un sentimiento nuevo, desconocido.

Empieza el invierno y lo rescata un campesino de morir del frío.

En primavera, otra vez el patito feo ve las aves maravillosas. Se acerca a ellas, esperando que lo rechacen y lo picoteen. Pero cuando mira hacia abajo, ve su reflejo en el agua – y “rizó sus alas, alzó el esbelto cuello y se alegró desde lo hondo de su corazón”. Descubre que él es un cisne también. Piensa: “Jamás soñé que podría haber tanta felicidad, allá en los tiempos en que era un patito feo”.

Cuando releí el cuento original de El patito feo por Hans Christian Andersen, me emocionó y me sorprendió. Había olvidado la riqueza de detalles curiosos y el significado fuerte de cada una de sus palabras. Y la importancia universal. Me toca a mí, nos toca a nosotros, hoy, casi 200 años más tarde.

El cuento trata de la soledad, de sentirse diferente, de la lucha por encontrarse y aceptarse a uno mismo.

También nos hace entender que la imagen que tengan los demás de nosotros no siempre es la verdad. Muchas veces se basa en la ignorancia. Y que la imagen que nosotros tengamos de otra persona también puede ser falsa. A veces nos dejamos dirigir por la opinión de los otros en vez de escuchar a nuestro corazón.

Y H. C. Andersen nos anima a todos cuando dice el patito feo al final del cuento que “se sentía realmente feliz de haber pasado tantos trabajos y desgracias, pues esto lo ayudaba a apreciar mejor la alegría y la belleza que le esperan.”

Así leo yo el cuento. Pero dime tú, ¿qué significa el cuento para ti?