Hernán Levet, jurado «Cada voz es un cuento»: “Hacer una literatura más inclusiva es un paso que, sobretodo a personas ciegas como yo, nos enriquece de manera enorme”

30 diciembre, 2022

Hernán Levet tiene 34 años y vive en la comuna de Quilpué. Estudió Diseño de Vestuario y, tras perder la visión hace dos años, comenzó a cursar la carrera de Psicología e ingresó al Instituto de Rehabilitación Antonio Vicente Mosquete de Viña del Mar, en donde también se vinculó a Libroalegre.

Recientemente, fue jurado del primer concurso de audiocuentos impulsado por la ONG, llamado Cada voz es un cuento. En esta entrevista, Hernán comparte su experiencia en esta iniciativa que invitó a niños, jóvenes y adultos a registrar y enviar audio-lecturas de sus cuentos favoritos, sus primeras lecturas y también sobre su acercamiento a la literatura en formato audible.

 

¿Cómo fue tu acercamiento con la literatura desde niño? ¿Recuerdas alguna lectura que te haya llamado particularmente la atención?

«Mis primeras incursiones en la literatura fueron a través de los cuentos del libro Un cuento para cada día, que me leían mis papás porque yo era algo flojito. Recuerdo que la lectura que más me marcó fue Ami, el niño de las estrellas (de Enrique Barrios). Cuenta la historia de un niño que conoce a un extraterrestre, quien le pide que transmita un mensaje a la humanidad a través de una serie de cuentos. Recuerdo que después de leerlo me llevaron a ver una proyección del libro en el Planetario de Santiago, lo que hizo que me gustara mucho más».

Recientemente fuiste jurado del primer concurso de audiocuentos impulsado por Libroalegre, Cada voz es un cuento ¿Qué es lo que más rescatas de esta experiencia?

«Mi experiencia como jurado fue muy rica, disfruté todos los relatos. Fue muy gracioso escuchar a Tadeo (de 8 años), quien leyó con mucha gracia El increíble niño comelibros de Oliver Jeffers; o a María de las Nieves, una señora con mucho humor que compartió un libro que le leía a sus nietos y que contaba una divertida historia de una bruja «piti ciega» (La bruja Berta al volante de Korky Paul y Valerie Thomas).

A nivel general, en las tres categorías (Niños, Adolescentes y Adultos) hubo universos literarios que se compartían, sobretodo aquellos que se vinculaban a la fantasía o que no buscaban dejar enseñanzas obvias. Rescato la Categoría Infantil, dirigida a chiques menores de 9 años, ya que se trata de una edad en que se está desarrollando el aprendizaje de la lectura».

¿Qué te llamo la atención de los cuentos y temas que escogieron los más pequeños?

«Me llamó la atención que ellos escogieran historias que les pudieran parecer graciosas y que, al mismo tiempo, tocaran temas profundos, como “ser diferente”, lo que habla mucho de la riqueza interior de quienes participaron. Apolonia de 9 años, por ejemplo, leyó un cuento donde cinco niños dejan de lado a otro niño porque es “perfecto” y encuentran que eso es aburrido (Los cinco desastres de Beatrice Alemagna). O Samantha (de 7 años) que leyó Vitello anda con cuchillo, donde el niño protagonista quiere ser malo pero, al ver todas las consecuencias de tener una vida ruda, decide dejarlo para otro día.

En la Categoría Adolescente, hubo un cuento que mostraba la perspectiva de los monstruos; para ellos, nosotros éramos quienes dábamos susto (Y ahora son las buenas noches de Kim Fuzp Aakeson y Cato Thau Jensen, leído por Joel de 14 años). Siempre vemos historias que muestran la versión opuesta, siendo que los humanos sí solemos ser unos monstruos. En la Categoría Adultos, hubo un relato que contaba la historia de una niña pequeña que estaba muy enferma y que por eso esperaba a la muerte con ansías. Cuando la muerte llegaba, la niña la abrazaba, abordando de manera muy linda algo que suele ser doloroso (La visita de la pequeña muerte de Kitty Crowthe, leída por Estefanía de 30 años)».

De manera más amplia, ¿cómo ha sido tu acercamiento a la literatura a través del formato audible?

«Es de los formatos que más consumo. Para mí, que soy una persona ciega, la forma de consumir un libro es muy distinta, porque no los puedo leer si no los tengo en formato pdf con un programa en el computador, o a través de braille que es sumamente complejo. En general encuentro estos contenidos a través de plataformas como Audible o Sonora, y también algunos en Youtube. Si bien hay poca difusión o muchas veces los contenidos que se encuentran no tienen muy buena calidad técnica o una buena lectura, habiendo tan poco se agradece que exista».

¿Qué te parece que Libroalegre esté impulsando la creación y circulación de audiolecturas para la comunidad?

«Me parece importantísimo que Libroalegre tenga la iniciativa de generar audiocuentos y audiolibros. Los felicito y espero que sigan haciendo más, y me gustaría seguir participando. Creo que hacer una literatura más inclusiva es un paso que, sobretodo a personas ciegas como yo, nos enriquece de manera enorme. Acercase al arte, que pareciera algo tan lejano sin vista, es posible a través del audio.

Además, se trata de un universo sumamente transversal ya que puede ser muy recreativo (por ejemplo, mientras haces tus cosas, en vez de estar escuchando música puedes estar oyendo un libro) y que también puede ayudar a que personas que se han alejado de la literatura puedan volver a acercarse a ésta».

Pueden escuchar los relatos ganadores de «Cada voz es un cuento» AQUÍ. 

 

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