Paloma y Edison de Compañía Mitón: “Libroalegre abre una brecha en el adultocentrismo”

4 diciembre, 2019

Conversamos con la compañía Mitón, compuesta por Edinson Valenzuela y Paloma Quiroga, ambos licenciados en Artes Musicales de la Universidad de Valparaíso. Sus lecturas musicalizadas de cuentos en la biblioteca han sido parte de la parrilla artística que hemos promovido este año. Aquí nos cuentan sobre su trabajo y percepción de Libroalegre.

¿Cómo conocieron la biblioteca Libroalegre y cuál creen que es su aporte?

Paloma: Conocí la biblioteca cuando era niña, tenía como 9 años y mi mamá me llevó porque me gustaba mucho leer, y para mí fue un lugar mágico. Amo la inmensa variedad de cuentos y libros que se pueden encontrar en Libroalegre.

Edinson: Me tocó participar de una presentación en el contexto del festival «Anímate 2018» y apenas entré quedé maravillado con el lugar y su inmensa variedad de libros infantiles y juveniles. Siempre le he tenido cariño a los libros, en la biblioteca de la comuna de Lo Espejo donde iba cuando pequeño no había un fácil acceso a libros y cuentos infantiles.

La existencia de una biblioteca es realmente importante para cualquier comunidad; los libros son ventanas a nuevos mundos, nuevas perspectivas, trabajan la imaginación y la creatividad. Y la biblioteca Libroalegre en particular, le da a los niños y niñas un espacio seguro, amigable, además sus variadas actividades permiten una conexión de los padres y madres con los niños y niñas, dejando de lado el adultocentrismo y permitiendo una relación horizontal y respetuosa.

¿Qué es lo que más les gusta cuando hacen funciones en la biblioteca?

Edinson: Mi parte favorita de las presentaciones son los rostros de los niños cuando están inmersos en la trama, cuando se sorprenden, ríen, gritan… Ver cómo van reaccionando a los estímulos que les damos, sus reacciones inesperadas, esas son las mejores.

Paloma: También me gusta mucho el proceso de creación de los espectáculos, particularmente en «La melodía de los cuentos», programa en el que cada mes nos entregan un libro que nos sorprende. Y disfrutamos elegir la música, los sonidos, las voces y los diversos efectos para cada uno de esos libros y vamos imaginando cómo lo tomarán los niños y niñas.

¿Cómo creen que debe ser la buena literatura infantil?

Edison: Una buena literatura infantil viene siendo la que entrega herramientas para la vida actual y el futuro de los niños y niñas. Aunque quizás lo más importante es preguntarles a los mismos infantes cómo sería una buena literatura infantil.

Paloma: Creo que la literatura infantil no debe ser cómoda, es decir, que las diversas historias y cuentos realmente logren poner en un aprieto a los lectores y fomenten sus valores, sus gustos y su capacidad de opinar. Que genere debates y preguntas que los niños puedan hablar con sus padres y amigos, y que los invite a ser curiosos, libres y locos.

¿Cómo logran las lecturas musicalizadas mejorar la experiencia de la literatura?

 Paloma: El poder de los sonidos de la música es muy grande pues potencia diversas ideas que pueden estar desarrollándose en la historia. Por ejemplo, si el cuento habla de un paseo por la playa, el poner sonidos y música de playa permite a los niños y niñas recordar sus propias experiencias y compararlas con las de la historia. Así el cuento se vuelve una experiencia aún más envolvente y personal.

Edison: La música siempre está presente en la lectura de cuentos, está presente en el ritmo que elige el narrador, en el timbre con que se cuenta una historia e incluso en la entonación que este elige para acentuar ciertas o tales frases. Los niños, además de prestar atención a la historia que se está contando, prestan atención a todos los gestos físicos y sonoros que acompañan la narración. La música es capaz de expandir este campo de atención, potenciando la experiencia de escuchar una historia narrada.

¿Qué entrega a las familias este tipo de funciones en la biblioteca?

Paloma: Como decíamos antes es un espacio que abre una brecha en el adultocentrismo que predomina hoy en día, y las funciones artísticas de la biblioteca son eventos que validan la opinión de los niños y niñas y les permiten compartir de una manera horizontal con su familia, amigos, y artistas. Son momentos para recordar. Yo, a mis 25 años, aún recuerdo muy bien mis paseos a la biblioteca cuando niña, sus actividades provocan nuevas conexiones, nuevos juegos y anécdotas que unen a las familias. Es un espacio para el amor y el contacto humano.