Carmen Gloria Marín, directora del Jardín Infantil Mi Club: “Libroalegre te permite acceder a una riqueza incalculable”

10 marzo, 2019

Carmen Gloria Marín, directora del Jardín Infantil Mi Club, institución socia de Bibliotecas Libroalegre desde hace años y cuyas educadoras nos visitan regularmente, cuenta sobre la experiencia de lecturas de nuestros libros con sus niños y niñas.

¿Cómo empezó la relación con la literatura infantil en tu jardín?

Conocí a Anne Hansen en una presentación que hizo, y me encantó la propuesta. Desde ese día comprendí la necesidad de generar el gusto por la lectura desde la primera infancia y la sala cuna, y ahora es una de nuestras prácticas permanentes en el jardín. Diariamente contamos un cuento diferente y también damos un espacio para que los niños elijan democráticamente algún cuento que quieran volver a escuchar.

En mi larga experiencia de trabajo en jardines, lo habitual era visitar la biblioteca una vez al año, dentro de las diferentes experiencias que se planificaban. Pero después quise incorporarlo como una práctica permanente, como un sello de jardín que fomenta en niños el gusto por la lectura. Y eso se puede lograr gracias a esta biblioteca.

¿Y entonces decidieron hacerse socios?

Sí, acá hay una riqueza inmensa y el aporte que uno hace es ínfimo. Por una suma de 30 mil pesos anuales puedes acceder a una riqueza incalculable. Los libros que tienen ustedes están pensados desde la perspectiva de los niños, no de los adultos, y eso me parece genial. Eso se descubre en los relatos, los niños se fascinan con todas las historias, con todos los personajes. Por decir algo, si aquí existen 15 mil libros, serán uno o dos los que a lo mejor no son lo que uno espera. Pero todos, todos, tienen una riqueza incalculable.

Como educadora, y como directora del jardín, no puedo decir si todos los niños van a ser futuros lectores, no lo sé, pero estoy convencida de que van a saber buscar cuando sean estudiantes de básica, de media, de universidad y adultos. Van a saber que los libros te entregan contenido, primero desde las emociones, sentimientos y todo lo que les sucede a los personajes, pero también que los libros te enseñan vocabulario, a manejar el pensamiento lateral, que el relato puede resultar un desafío. Y también fijamos reglas, como que en las bibliotecas hablamos bajito por respeto al otro, no porque sea un santuario, sino porque voy a respetar al otro que le cuesta más leer y concentrarse. Y todas estas prácticas que vienen de los cuentos que llevamos al jardín, nos permiten abrir un mundo, y la creatividad, porque a partir del cuento yo puedo recrear al personaje, dramatizarlo, o llevarlo a la plástica.

¿Cuáles son los libros preferidos de los niños y niñas?

Kiko para los más pequeños, y Meche que es el personaje de una niñita que nos sirve mucho para las problemáticas que ellos mismos viven… Y Pepe también es adorable, y Carlos y sus historias. Todos ellos son súper nobles, y niños tan reales. Toc, Toc ¿Quién es?, de Anthony Browne, es también un imperdible. Tras las lecturas dialogamos de las emociones, de los sentimientos, de todo. Cuando finaliza el cuento, hacemos preguntas abiertas de manera que el niño pueda descubrir, o manifestar, lo que realmente piensa o siente.

Lo maravilloso es que acá están constantemente actualizando los autores y eso nos permite ir renovando y sacar a los niños de las pantallas. Y mandamos mensajes a los papás respecto el valor de contar un cuento cada noche.

¿Te parece necesaria una biblioteca como Libroalegre?

Este espacio tiene que continuar, es un beneficio directo para los niños y las niñas, para nosotros como institución y para las familias. Por lo general yo recomiendo a las familias que vengan los sábados por la tarde porque en Viña del Mar no hay nada y Valparaíso, en su sencillez de cerro, tiene este tesoro que valoro y agradezco infinitamente. Es maravilloso.