Constanza Manque, profesora: “En diversas ocasiones he sentido falta de inspiración e ideas para abordar las lecturas con mi curso, pero cuando Libroalegre aparece en el liceo es una fuente de creatividad que se abre»

29 marzo, 2023

 

Constanza Manque es profesora de lenguaje. Nació en la ciudad de Santiago, desde donde se trasladó a Valparaíso para iniciar sus estudios superiores en la UPLA. Al finalizar en la universidad, decidió quedarse en la quinta región y comenzó a ejercer como docente. En el año 2015 llegó al Liceo Bicentenario Viña del Mar e inició también su colaboración con Libroalegre. Alumnos suyos de diferentes generaciones han participado en la producción de varios números de la revista «Calcetín con papa», así como en actividades de lectura con la revista y con el libro «Cartas de adentro». También participó activamente en el proceso de elaboración de las guías “Leer para escribir”, un material pedagógico creado por Libroalegre para promover la lectura y la escritura entre estudiantes de Básica y de Media, y que se basa en el método de trabajo de la revista «Calcetín con papa». Desde el año 2019 participa también en el programa “¿Nos lees?”, en el que monitoras de la ONG visitan algunos cursos para leer a los estudiantes en voz alta y dialogar después con ellos sobre lo leído.

 

 

¿Cuáles fueron tus primeras lecturas de niña?

Leía cuentos infantiles, sobre todo los que se relacionaban con animales. Me marcaron de tal forma que me volví una lectora activa durante mi infancia y adolescencia. Recuerdo, por ejemplo, una colección de cuentos que todavía tengo: las historias de Paco Pedacitos (de Herenia Antillón Almazán).

¿Cómo fue el paso de ser una pequeña lectora a convertirte en profesora?

Al vincularme con la lectura generé un gran gusto por la asignatura de Lenguaje. Ayudaba a mis compañeros y compañeras a hacer trabajos y participaba en otras actividades extraprogramáticas. Por esas experiencias,  posteriormente me decidí por la docencia.

¿Cómo ha sido tu experiencia de trabajo con Libroalegre en la sala de clases?

Colaborar con Libroalegre ha sido una experiencia muy enriquecedora como docente. En diversas ocasiones he sentido falta de inspiración e ideas para abordar las lecturas con mi curso, pero cuando Libroalegre aparece en el liceo es una fuente de creatividad que se abre. A través de las diversas actividades desarrolladas, los y las estudiantes manifiestan su emocionalidad, experiencias personales y se conectan con la lectura en sus distintas dimensiones. 

Lo que más destaco es el interés que tienen por trabajar con liceos como el nuestro, que es justamente donde más se requiere acercar a los jóvenes a la experiencia lectora.

Desde 2019 has participado en “¿Nos lees?”, programa que consiste en leer a los estudiantes en voz alta y animarles a expresarse después. ¿Cómo lo han recibido tus alumnos?

La experiencia de trabajar con «¿Nos lees?» ha sido efectiva para conectar con otras dimensiones de los y las estudiantes, nos ha permitido salir de la lectura para cumplir con los objetivos del programa y desarrollar la creatividad con ellos y ellas. Lo que más me ha llamado la atención es la selección de textos que llevan las monitoras. Recuerdo el año 2021 donde me emocioné mucho con las reflexiones surgidas por los estudiantes respecto al apoyo a los pares. Eso demuestra que la recepción de los y las estudiantes es tremendamente positiva, sobre todo cuando se alegran de saber que las monitoras regresarán al curso.

¿Cuál ha sido el principal desafío o dificultad para incentivar la lectura placentera en niños y niñas?

El principal desafío para incentivar la lectura es que los y las estudiantes en nuestro contexto escolar no tienen acceso a libros. En ocasiones, cuando les pido que lleven textos que sean de su agrado, me comentan que no tienen en sus casas y que no hay nada que les interese leer.

¿Por qué motivo crees que rechazan ciertas lecturas? 

Las rechazan porque no son cercanas a su realidad, época ni a los temas que les preocupan o interesan. 

La propuesta “Leer para escribir” promueve experiencias de lectura sencillas, significativas y placenteras, con materiales como la revista “Calcetín con papa”, hecha por niños y adolescentes para niños y adolescentes.

Los estudiantes reciben muy bien que la revista tenga textos escritos por ellos mismos, que sean cercanos y donde vean reflejada la realidad de sus amigos o cercanos, tocando temas como las drogas o situaciones que viven en el colegio. Incluso chicos que tienen poco interés por la lectura, la leen, se ríen y la muestran a sus compañeros, hablan de sus experiencias personales, de cómo resuelven conflictos con sus pares y de sus visiones de mundo. Valoro también que la revista abra la posibilidad de hablar sobre otros temas con los chicos, a los que muchas veces no podemos llegar con una clase tradicional. 

Además, las posibilidades para trabajar sus contenidos son muy amplias. Las monitoras me facilitaron unas guías para trabajar la revista, lo que me permitió no sólo compartir los textos sino vincularlos a contenidos específicos de la asignatura de una manera integral, es decir, desde la lectura hasta la actividad que posteriormente se desarrolla. Las guías son muy útiles porque también se pueden implementar de manera autónoma. De hecho, actualmente una colega está trabajando la escritura creativa con un 1º medio donde está utilizando las guías para abordar la escritura libre. 

También has trabajado con tus alumnos los textos de “Cartas de adentro”, un libro de cartas escritas por adolescentes recluidos en la cárcel de menores de Limache.

Sí, creo que es una de las experiencias más significativas que he tenido con estudiantes. Justamente la trabajé con un curso que tenía un muy buen trato, eran muy cariñosos entre sí, y lograron sentir mucha empatía con los jóvenes que estaban presos, se conectaron emocionalmente con sus historias. 

Recuerdo que en una ocasión las monitoras de Libroalegre vinieron a leer las cartas y luego los estudiantes escribieron cartas para los niños que estaban privados de libertad, a partir de lo que habían podido leer. En otra ocasión se dio la oportunidad de que ellos pudieran ilustrar textos de Calcetín con papa especial “entre rejas”; sus dibujos posteriormente fueron publicados en la revista, lo que fue un orgullo muy grande para ellos y para mí. De hecho, cuando ellos salieron de 4º Medio, me dijeron que ojalá nunca dejemos de hacer ese tipo de actividades. 

¿Qué piensas del trabajo que hace Libroalegre con literatura y lectura? 

Sin exagerar, es una labor invaluable, ya que permite conectarse con otras dimensiones de la lectura a las que difícilmente logramos acceder en el aula. Ojalá hubiese Libroalegre para todos los niños del país.

 

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