Fernando Krahn, juego y humor

1 octubre, 2020

Fernando Krahn era un ilustrador y dibujante humorístico chileno muy conocido en el mundo. Publicó más de 40 libros y recibió varios premios. También hizo, a lo largo de su vida, dibujos para periódicos y revistas en Chile, Estados Unidos y Europa.

Cuando niño tuvo problemas en la escuela porque era distinto (muy soñador y perezoso, decía él). A diferencia del “triste” colegio, en su entorno familiar había mucha imaginación y curiosidad.

Su madre era cantante de ópera y su padre un abogado al que le gustaba el circo, escribía operetas bufas, montaba espectáculos en los que participaba toda la familia, y en los que él mismo hacía de payaso. Fernando, que empezó a dibujar desde pequeño, decía que su familia era muy creativa y que eso le inspiró para dedicarse al arte. Parte de su infancia, y una fuente de la cual nació su particular sentido del humor, era la colección de revistas y libros con dibujos humorísticos de su padre, aficionado a la caricatura. En particular le impresionó “Max und Moritz” del gran poeta y caricaturista alemán Wilhelm Busch. 

Como su padre, Fernando era un hombre multifacético. Aunque empezó a estudiar para ser abogado, la muerte de su hermano mayor, que también era abogado, cuando ambos viajaban por el desierto de Atacama, fue el empujón para dedicarse a lo que de verdad le interesaba: el dibujo.

Antes de iniciar su carrera como dibujante humorístico al comienzo de los años 60 en Nueva York, estudió diseño teatral en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile y durante su trabajo en el mundo del teatro colaboró en “Parecido a la felicidad”, la obra de teatro que marcó el debut de Víctor Jara.

Vivió en varios países -Chile, Estados Unidos y España- y allá donde fuera, contaba sus historias sin palabras, sus dibujos hablan por sí solos. Estas historias mudas, que casi siempre las presentaba con cuatro imágenes gráficas, son conocidas bajo el nombre Dramagramas y se publicaron por primera vez en la revista chilena Ercilla. A partir de 1984, hasta su muerte en 2010, sus historietas además eran parte fija de las publicaciones semanales del periódico La Vanguardia de Cataluña, lugar donde Krahn se había instalado con su familia tras escapar del golpe militar en Chile en 1973. 

El nombre Dramagrama lo eligió Krahn para las situaciones dramáticas que aparecen en sus viñetas y que se pueden interpretar bajo un prisma humorístico. Le gustaba combinar lo trágico con lo cómico, un método que aplicaba su profesor de dibujo en el colegio y que enfrentó y disfrutó Krahn con su sentido de ironía y humor negro.

Tanto sus Dramagramas como su serie sobre cráneos “Cranología” destacaron en varias exposiciones dedicadas a la obra de Fernando Krahn.

Aparte de sus numerosas colaboraciones como ilustrador con The Esquire, The New Yorker y The Atlantic Monthly en Estados Unidos, El País en España, Die Zeit en Alemania, La República en Italia y Nebelspalter en Suiza, Krahn se dedicó a la creación de dibujos animados y después de ganar una beca de la Fundación Guggenheim, produjo su primera película, El Crimen Perfecto, en 1976. Más tarde fundó su propio estudio de animación Krahnfactory.

Gran parte de sus ilustraciones son para adultos, aunque también hizo diversos trabajos para niños, la mayoría en sincronía con su mujer, María de la Luz Uribe, como Doña Piñones, El viaje, La Señorita Amelia (Premio Destino Infantil Apel.les Mestres) y Cosas y Cositas (Premio Austral Infantil). Otros los hizo solo: La familia Numerozzi, El buen amigo del cielo, Bernardo y Canelo, ¿Dónde están las tijeras?, El señor Top o Hilderita y Maximiliano. La muerte de su esposa, a la que conoció en 1965 y con quién tuvo tres hijos, le afectó mucho y también a su trabajo en los años posteriores.

No obstante, no se cansó de observar y crear hasta sus últimos días de vida. En 2010 se publicó Bichografía, su libro de dibujos de una gran variedad de bichos con rasgos humanos.

¿Sabes que decía Fernando? Que el juego y el humor son muy importantes para dar ideas que permitan a los niños y las niñas reflexionar. Estaba en contra de “acortar” la infancia y dar a los niños información adulta enlatada y confusa. 

“Me interesa que el lector reflexione más allá de la última viñeta, expresó sobre sus historias.

Obras del autor disponibles en nuestra Biblioteca:

  • El señor Top
  • Doña Piñones
  • Hilderita y Maximiliano
  • La familia Numerozzi
  • Un paseo al campo
  • ¿Qué es el hombre?
  • Bernardo y Canelo
  • Un platillo volante lleno de tallarines

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