María Gabriela, profesora de Castellano y voluntaria de biblioteca Libroalegre: “Muchos niños se sienten más cómodos en el rol de escuchas. Hay que volver a relatarles, en torno a un fuego imaginario, para motivar a la lectura”

30 marzo, 2024

María Gabriela Olivares fue una lectora apasionada desde niña. Su interés por los libros, enciclopedias y diccionarios se transformó, con el pasar del tiempo, en un deseo por transmitirle a otras y otros el placer que produce leer. Estudió pedagogía en Castellano y hoy trabaja como profesora en una escuela de Valparaíso. Desde ese rol conoció el trabajo de ONG Libroalegre y actualmente es voluntaria de la biblioteca de Cerro Alegre.

En sus cursos ha trabajado diversos contenidos de promoción de la lectura y escritura a partir de publicaciones de la ONG, tales como “Calcetín con papa”, una revista hecha por niños para niños y la guía para introducir la lectura en voz alta en la escuela Leer te lleva lejos.

 

¿Cuáles fueron tus primeras lecturas de niña? ¿Recuerdas alguna en especial?

En mi casa siempre hubo libros, mi mamá era una gran lectora. No había mucho presupuesto, pero una tía profesora nos hizo socios de la editorial Andrés Bello. Todos los meses nos llegaba un libro que esperábamos con ansias, mis hermanos y yo. Además, en esos tiempos los almanaques, las enciclopedias y los diccionarios eran también una forma de “entretenerse”. Mi libro favorito de niña e Nuestras sombras, de María Teresa Budge, la historia de una niña que vivía con sus tías conservadoras y malhumoradas en una casa quinta. Intentaba imaginar ser ese personaje, con una vida tan distinta a la mía, pero no cabía en mi mundo tal tristeza.

¿Cómo fue el paso de ser una pequeña lectora a convertirte en profesora?

¡Uf! Mirarme en retrospectiva como niña lectora es muy fascinante, porque sin duda cimentó un interés, una pasión y el deseo de transmitirle a otras y otros el placer y el goce que produce leer. Opté por electivos de literatura, por ejemplo, y si bien dudé en ocasiones en ser profesora de Castellano, heme aquí, buscando, leyendo, probando literatura para las y los estudiantes con los que trabajo. Hoy me maravilla mediar sus procesos, observar lo que sucede cuando van comprendiendo; pero por sobre todo, cuánto van disfrutando, y en todo eso nos volvemos cómplices y aliados.

¿Cómo comenzó tu vínculo con la ONG?

Conocí a la ONG cuando trabajaba en la Escuela San Luis , del Cerro Alegre. Con mucha motivación, María Antonia y Lotta nos propusieron realizar algunas actividades para la revista Calcetín con papa. El formato me pareció súper interesante y la metodología de trabajo innovadora. Trabajamos en varios números con las y los estudiantes de 7º y 8º básico y al pasar de los años, al convertirme en voluntaria, el vínculo se reactivó.  Libroalegre ha propuesto varias actividades a la escuela en la que actualmente trabajo, Arturo Prat, del Cerro La Cruz, a través del CRA. En esas instancias, el aprendizaje, la posibilidad de vivir experiencias inimaginables para las y los niños ha hecho fortalecer el vínculo y el trabajo cooperativo.

¿Cómo ha sido tu experiencia de trabajo con Libroalegre en la sala de clases?

Parto del entendido que Libroalegre es un espacio con un gran valor social, cultural y educativo, por ello es que admiro mucho su labor. La propuesta, por ejemplo, de presentación del último número del Calcetín con Papa, especial migrantes, posibilitó la reflexión en torno a temáticas y problemáticas sociales tan contingentes que abren el diálogo, la reflexión y el conocimiento de experiencias. Además, por ejemplo, el abordaje de la literatura nórdica acerca de temáticas tales como la separación de padres, las familias ensambladas, la gestión de las emociones, la identidad de género u otros, está en un nivel de apertura, naturalidad y reflexión que me motiva mucho a mostrárselo a las y los estudiantes de mi escuela.

A tu parecer, ¿cuál ha sido el principal desafío o dificultad para incentivar la lectura placentera en niños y niñas?

La obligatoriedad, la “evaluación” y creer que cantidad de páginas es una condición per se de ser un buen comprendedor. Falta presentar nuevos formatos de libros, aprender a leer las ilustraciones, conocer a las y los autores, leerles en voz alta. Hay muchos niños y niñas que se sienten más cómodos en rol de escuchas, entonces pienso que volver a relatarles, contarles, nos permite potenciar esa oralidad, las formas primigenias de contar historias. Y quizás allí, casi en torno a un fuego imaginario, volver a motivar a la lectura.

¿Por qué motivo crees que rechazan ciertas lecturas? 

Desde la perspectiva de lo que sucede en el sistema escolar, creo que lo que rechazan es la obligatoriedad de la lectura, ese tener que leer para ser evaluado, a través de evaluaciones muy clásicas tipo “prueba” y con harto foco en el resultado final y no en el proceso de comprensión. Este último implica, además, acompañamiento, guía y modelado. Vivimos en una sociedad letrada y es necesario que las y los niños aprendan a leer para poder leer el mundo y hacer de este un lugar más humano y amable.

El método “Leer para escribir” promueve lecturas sencillas y significativas con literatura universal y con textos de la revista “Calcetín con papa”; ¿cómo ha sido la experiencia de utilizar textos, e ilustraciones, hechos por niños para niños?

 La revista Calcetín con papa es un material que utilizo en mis clases con frecuencia. Tanto la comprensión de textos como la producción son habilidades que están muy descendidas según las mediciones estandarizadas, sin embargo, si alguien realizara el cruce entre lo que explicita el currículum del subsector de Lenguaje y el material contenido en la revista, está todo. En ese sentido, leemos y comprendemos, identificamos tipologías textuales, imitamos formatos, los utilizamos de inspiración para que las y los estudiantes creen sus propios textos y más. Entonces, finalmente, la experiencia ha sido de gran apoyo a la labor. Las y los estudiantes tienen ejemplares de algunos números y hacemos lecturas compartidas en voz alta.

 

Leer para escribir - Actividad con la revista "Calcetín con papa, especial migrantes" con estudiantes de la Escuela Arturo Prat de Valparaíso (2023).

Leer para escribir – Actividad con la revista «Calcetín con papa, especial migrantes» con estudiantes de la Escuela Arturo Prat de Valparaíso (2023).

También eres voluntaria en la biblioteca de Cerro Alegre, ¿cómo te parece que se plantea la lectura en ese espacio?  

La biblioteca Libroalegre es, por un lado, un espacio, a mi juicio, poco convencional o más bien pionero en estas nuevas experiencias de acercar la lectura y los libros a la infancia; es una invitación permanente a que niñas y niños exploren, toquen libros, los ojeen, salten de uno a otro si así lo desean; por otro lado, muchas de las presentaciones de espectáculos están basadas en libros que hay en la biblioteca, entonces se vuelve una forma súper potente de promover la lectura.

Las bibliotecas, en general, son espacio de silencio, de mucha solemnidad; en cambio acá, se subvierten esas convenciones.

¿Qué le dirías a un adulto para ayudarle a elegir un buen libro para un niño o una niña?

Lo primero es que ese adulto se sienta motivado, encantado con esa lectura que eligió – puede ser por el autor/a, por la temática, por las ilustraciones, la editorial u otro criterio-, es decir, que exista un placer genuino por esa obra en específico. Aunque en verdad, creo que la forma en que se presenta, la forma en que se media, el diálogo motivacional y/o posterior, e incluso prescindir de este si no es la voluntad de las y los niños, es lo que tiene más peso. Que nuestra niña interior se sienta feliz de presentar y compartir ese libro.

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bibliotecaslibroalegre@gmail.com

Biblioteca Libroalegre Cerro Alegre

San Enrique 339-A, Cerro Alegre
Horario
Martes a Viernes de 10.00 a 12.00 y de 15.30 a 18.30 horas
Sábados de 16.00 a 19.00
Domingo y Feriados: Cerrado


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Horario
Miércoles, Jueves y Viernes de 15.30 a 17.30 horas