Su contacto con la literatura infantil se inicia a partir de sus estudios de bibliotecología en la Universidad de Chile. En la malla curricular tenía un módulo de literatura infantil “con una excelente profesora, Soledad Ferreiro, una bibliotecaria que había tenido una temporada larga en Estados Unidos y traía libros preciosos. Nos mostró estrategias, técnicas, modelos de lectura -lo que fue muy interesante- para pensar en un universo de lectores muy diversos”, señala.
A partir de ahí, continuó conociendo, estudiando y experimentando en el campo de la literatura infantil y juvenil (LIJ). “Tuve intenciones de estudiar y especializarme, pero viví 25 años dedicada a dos intensas demandas: la crianza de cuatro hijos y el desafío profesional en los CRA (bibliotecas escolares) en el Ministerio de Educación. Recién pude estudiar el magíster soñado a partir de mis 55 años. Creo que estaba lo suficientemente “madura” para estudiar. ¡Nunca es tarde para cumplir sueños!”
Hoy se encuentra terminando un libro que se publicará a fin de año –Cómo cultivar la lectura en familia (Editorial SM)- y que busca compartir algunas ideas, experiencias y testimonios que “permitan propiciar la lectura en los hogares de una manera grata, edificante y entretenida. La lectura se relaciona con la cotidianeidad de la vida, y puede anidar como una compañía hogareña armoniosa y colorida”, declara, haciendo énfasis en la importancia de contar en la familia con integrantes que den valor a la lectura, la aprecien y se acerquen a ella mediante los espacios culturales, patrimoniales y naturales.
¿Qué libros y autores marcaron tus primeras experiencias lectoras?
En la medida que más reflexiono, y voy hacia mis recuerdos, me doy cuenta de que lo más importante, lo que tiene mayor fuerza dentro de la infancia, son los juegos orales. De la oralidad recuerdo a mi abuela materna que nos invitaba con preguntas a jugar, por ejemplo: “¿Vuelan, vuelan los elefantes?” Y nosotros teníamos que responder a coro: “No, no vuelan los elefantes”. O “¿Vuelan, vuelan las gaviotas?” Tenía diez hermanos, por lo tanto las respuestas eran a coro. Luego teníamos que imitar como volaban las gaviotas y ella nos mostraba las diferencias de cómo volaban las gaviotas o los cóndores. Un juego entretenido.
Y de lecturas, el texto Genoveva de Brabante. Esa antigua historia medieval en que una mujer es acusada injustamente y termina viviendo en un bosque, me hacía pensar en una sola cosa: ¿cómo podrían sus hijos vivir sin su madre? Por supuesto, mi experiencia de lectura estaba marcada por mis propios temores infantiles, mis padres eran el centro del mundo.
¿Qué autores de LIJ actuales destacas?
Es una pregunta es amplia para responder porque a los que podría destacar hoy son los autores de los que estoy más cercana, depende de los trabajos que esté realizando. Voy día a día conociendo nuevos o antiguos autores. Me ha sorprendido e interesado mucho la obra de José Santos González Vera y también el mundo de Augusto D´Halmar. Ambos son premios nacionales.
De los autores chilenos destaco hoy el mundo poético de Rafael Rubio. Asimismo, a María José Ferrada que ha desarrollado una propuesta única y de alta calidad dentro de la literatura infantil, y que comprende la mente y el corazón de los niños, atreviéndose a abordar temáticas complejas. Esto, con una voz delicada y particular, que les habla a los infantes sin subestimarlos, con palabras sencillas e imágenes poéticas que se perpetúan en el lector.
Y este semestre estoy descubriendo el mundo estético de la española Elena Odriazola. Destaco también a la italiana Beatrice Allemagna. Ahora quiero conocer más acerca de la obra de Audrey Beardsley, ilustrador inglés de finales del 1800, influenciado por el art noveau.
¿Cómo ves el desarrollo de la literatura infantil y juvenil en el Chile de hoy?
Sin duda que como país hemos avanzado en el campo de la LIJ. Sin embargo, así como la gran mayoría de las actividades e instituciones están en la zona central, el foco de la LIJ y la promoción del libro se encuentran puestos en lo infantil. Falta imprimir fuerzas a la primera infancia y a lo juvenil, aunque los vientos han comenzado a soplar en esas direcciones.
La participación de Chile en los espacios internacionales, como Guadalajara, FILIJ, ha estado bien sustentada por el trabajo del MNCA con la Dirac y ProChile. Se ha concretado la participación de Chile en la Feria de Libro Infantil de Bolonia, con una delegación oficial y un stand. Año tras año se ha observado un apoyo sostenido a la internacionalización del libro y por ende a los creadores. La LIJ chilena se está abriendo al mundo. Cabe destacar a las autoras Sara Bertrand y Alejandra Acosta por el Bologna Ragazzi Award obtenido en 2017 por La mujer de la guarda. En 2018 se obtiene nuevamente este premio gracias al gran trabajo de la autora Sol Undurraga con La plage.
¿Y en Latinoamérica?
Se necesita fortalecer la red LIJ de Latinoamérica y el Caribe, desconocemos lo que se produce en cada país. Las pocas maravillas que me ha tocado leer, me encantaría que pudiesen estar en las bibliotecas y librerías en mayor volumen y diversidad. Hay editoriales, como Ekaré Sur o Caligrafix, que tienen en sus catálogos a autores de la región. Faltan circuitos cotidianos en los países integrantes de lo que se vive en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara una vez al año. Esta gran riqueza latinoamericana, del pasado y del presente, es necesario compartirla y valorarla. Podrían existir canales para que también las obras chilenas se conozcan en los otros países.
¿Qué opinas, como fundadora de los CRA, del desarrollo y rol actual de las bibliotecas escolares en Chile?
Desde los comienzos de este proyecto se trabajó con una meta clara: construir bibliotecas de calidad que repercutieran en la vida de los estudiantes y, a partir de ellos, en su entorno familiar, social y cultural. Estos espacios requieren de una profesionalización continua y espero que se mantengan, se desarrollen y sigan el sendero del aprendizaje. Es de vital importancia la constante evaluación, tanto cualitativa como cuantitativa de cada CRA. Los desafíos de la Biblioteca Escolar CRA actual son generar servicios a un lector bi-alfabetizado, que no sólo lee libros físicos, sino que también obras virtuales, esto exige una planificación de un trabajo mayor. Me alegro de la existencia de una biblioteca digital.
La biblioteca es un «trampolín» para lograr mejores aprendizajes, ya que representa un papel central en el desarrollo del hábito de la lectura. Para muchos alumnos, la biblioteca CRA es un espacio de libertad, donde son bienvenidos para que desarrollen sus habilidades de interpretar, comprender y construir opiniones personales. Este entendimiento es un puente para que el lector pueda participar de un modo más activo en los diversos aspectos de la sociedad. Los profesores que usan la biblioteca CRA saben perfectamente lo distinto y maravilloso que es trabajar con libros y tener una biblioteca en la escuela. La biblioteca expande y amplía las posibilidades de aprendizaje.
¿Cuáles son los principales desafíos hoy en la educación y en la mediación lectora?
La formación de mediadores de lectura es crucial. El placer de la lectura es solo posible cuando se puede entender e interpretar el contenido de la lectura para contárselo a los otros. Cuando me refiero a los mediadores, incluyo a los adultos educadores, profesores y padres. En el libro Formación del lector escolar concluyo que los alumnos destacan negativamente las lecturas obligatorias, el hecho de que les impongan leer un libro mensual que debe ser parte de una prueba calificada con una nota.
El estudio muestra que la formación de los profesores es inadecuada e insuficiente, tanto por lo recibido en su contexto familiar como en su formación universitaria. Las habilidades didácticas en cuanto a la lectura requieren un alto nivel de competencia profesional, y el cuerpo docente en ejercicio no cuenta hoy con la formación necesaria.
¿Crees que es importante la lectura en voz alta?
La lectura oral es el núcleo vital para el desarrollo intelectual y afectivo de los «lectores». El «apostolado de la lectura oral» tendría que formar parte del oficio cotidiano de los educadores y los maestros. Como mediadores de la lectura se tiene el privilegio de acercar el mundo de las palabras a los niños, a los jóvenes.
Es crucial leer en voz alta a los alumnos antes de que sepan leer y una vez que aprenden, es necesario seguir leyéndoles; una vez iniciada la lectura en voz alta, esta habrá de prolongarse para siempre. En algún lugar leí que la lectura oral tendría que ocurrir desde la cuna hasta la sepultura. También hay que incluir un ingrediente muy valioso, que la lectura oral mejora la imagen que los niños tienen de sí mismos. Esta entrega generosa de atención y cuidado permite que los niños se sientan queridos y tomados en cuenta.
Sobre IBBY
Constanza Mekis es actualmente presidenta de IBBY Chile, organización internacional para el Libro Infantil y Juvenil (según sus siglas en inglés) fundada en Zurich en 1953. Fue Jella Lepman, escritora y periodista alemana de origen judio, quien, tras la Segunda Guerra Mundial, comprendió el poder sanador de los libros infantiles y juveniles y su capacidad de promover el entendimiento y la paz internacional. Actualmente IBBY es una ONG, reconocida por UNESCO y UNICEF, que conforma una red internacional con presencia en 74 países. Chile se incorporó en 1964 a través de la gestión de la escritora Marcela Paz, creadora de Papelucho.
Una de las principales líneas de acción de IBBY es facilitar a los niños y jóvenes de todos los países oportunidades para acceder a libros de calidad literaria y artística. ¿Qué trabajo en concreto hace la sección chilena?
Jella Lepman, la fundadora de la institución, creía que los libros ayudarían a tender puentes de paz. Con la lectura, se puede conocer otras culturas y así es más propicio fomentar el respeto por el otro que es distinto, porque ya se le conoce. Desde IBBY Chile adscribimos a este pensamiento, y queremos ser un actor relevante a nivel nacional, para que los niños, niñas y jóvenes puedan acceder a libros de calidad, para ya no solo tender puentes de paz, sino que también para ser ciudadanos del siglo XXI, con todas las capacidades y habilidades que nuestro tiempo demanda. Para lograrlo, trabajamos principalmente en tres áreas: difusión de libros chilenos de alta calidad estética y literaria, formación de mediadores y formación de lectores.
Para el trabajo de difusión de libros infantiles y juveniles publicados en Chile, creamos la Medalla Colibrí, un premio que ya lleva ocho versiones y que busca destacar lo mejor de la producción de la LIJ nacional.
Para la Lista de Honor que es organizada por IBBY Internacional, y que busca destacar a los mejores autores, ilustradores y traductores de cada país, enviamos cada dos años a nuestros seleccionados. El trabajo de estos se conserva en la Biblioteca Juvenil Internacional, ubicada en el Castillo de Blutenburg, Alemania (fundada por Jella Lepman y que cuenta con el mayor fondo bibliográfico del mundo en literatura infantil y juvenil). Y también en otras bibliotecas en Zurich, Bratislava, San Petersburgo, Tokio, Kuala Lumpur y Tucson.
También está el Premio Medalla a la Trayectoria, con el que todos los años buscamos destacar la labor de un profesional del ámbito de la LIJ. Reconocemos así su trabajo constante y dedicado en la apertura del camino para las generaciones más jóvenes y su contribución de manera significativa en la formación de lectores. Este reconocimiento ha sido otorgado, entre otros, a Verónica Uribe, Cecilia Beuchat, Manuel Peña, Angélica Edwards, Isabel Tenhamm y Victoria Pení.
Por otro lado, estamos conscientes que nuestra institución no es lo suficientemente grande como para llegar a cada niño, niña y joven de Chile, para eso necesitamos ayuda. Por eso nos propusimos colaborar en la formación continua de los mediadores de lectura a través de talleres, encuentros con autores, charlas, congresos y con la publicación de la colección “Alas de Colibrí”. Actualmente contamos con dos volúmenes: El mediador de lectura: la formación del lector integral, de Beatriz Helena Robledo y Ciudadanía e infancias lectoras, de Ana María Machado. Pronto se publicará el tercer tomo a cargo del académico e investigador Manuel Peña. Estos libros han sido posibles con el apoyo de FSM y se encuentran disponibles en nuestra página web para descarga gratuita.
¿Qué miradas conforman el núcleo del trabajo y diálogo de IBBY Chile?
IBBY Chile se ha consolidado en los últimos años al interior del país, y la actual directiva ha abierto su mirada hacia Latinoamérica y las secciones regionales de la institución presentes en Argentina; Bolivia; Brasil; Colombia; Costa Rica; Cuba; Ecuador; El Salvador; Haití; México; Perú; República Dominicana; Uruguay, y Venezuela.
Estos últimos años se ha trabajado de manera mancomunada con la región, destacando la importancia de afianzar una cultura e identidad regional que nos enorgullezca. Queremos contribuir al fortalecimiento de la producción del libro a nivel latinoamericano, para lo cual hemos desarrollado un boletín informativo regional, hemos establecido alianzas con el CERLALC y realizamos el proyecto Maleta IBBY Latinoamérica a cargo de Fundalectura (Colombia, https://fundalectura.org/ibbylatam/index.html).
Este año la Medalla de Trayectoria fue otorgada a María Victoria Peni. ¿Cuál es la visión de IBBY sobre su trabajo y aportes a la LIJ de nuestro país?
Como directiva nos interesaba mostrar experiencias de formación de lectores desarrolladas fuera en Santiago. El trabajo de Victoria es de larga data y se ha caracterizado por abrir caminos donde no los había. Ella puso en marcha el primer bibliobús rural de Chile, en Coyhaique, con el que se llegó a muchas localidades recónditas. Después se hizo cargo de la Biblioteca Regional de Los Lagos, y desde la subdirección de Bibliotecas Públicas trabajó arduamente para abrir todas las estanterías cerradas de las bibliotecas chilenas. Su trabajo más reciente ha sido en el Centro Lector de Osorno. Ella ha contribuido enormemente al concepto que hoy tenemos de las bibliotecas en Chile.
¿Qué iniciativas nacionales de literatura o mediación lectora destaca IBBY en Chile?
La Casa Contada; la Biblioteca Itinerante Patiperra, liderada por Giovanna Lanzarini; la compañía de teatro infantil Los Patapelá, que han realizado radioteatro y funciones que buscan fomentar la lectura de una manera muy novedosa.
En el Sur se encuentra la iniciativa Pic-nic de palabras, liderada por Karen Coronado y que consiste en llevar libros a los parques para propiciar encuentros gratos para las familias. También La compañía de cuentacuentos Pajarística, que despliega grandes escenografías para contar cuentos que fomenten el cuidado y conocimiento de la flora y fauna local.
Este 2020, ONG Libroalegre se incorporó como socio a IBBY Chile, ¿cuál te parece que es su sello y aporte?
Yo diría que lo que los caracteriza es la seriedad con que realizan su trabajo, lo que ha permitido que permanezcan en el tiempo, a pesar de todas las dificultades que existen por preservar proyectos culturales en el país. La convicción y compromiso con que trabajan es admirable.
No solo llevan libros a comunidades vulnerables, donde muchas veces la cultura no llega, sino que también realizan proyectos innovadores, como sus revistas creadas por jóvenes y libros en los que también se les da voz a los niños, niñas y jóvenes con los que trabajan. Esto evidencia la concepción que tienen de NNA (niños, niñas y adolescentes) como sujetos de derecho que tienen algo que decir y que aportar a la sociedad en la que viven
Estamos felices con su incorporación a IBBY Chile y esperamos que podamos realizar muchos proyectos en conjunto.
Para Libroalegre es una prioridad llegar a sectores marginados social y culturalmente. Una forma de acercarse es realizando traducciones y mediaciones de LIJ nórdica, ¿cuál es su visión de esta literatura?
Sé que han trabajado con ese tipo de literatura mucho antes de que se comenzara a traducir y a publicar en editoriales chilenas. Considero que ese tipo de literatura es sin duda un aporte, ya que entrega una mirada sin edulcorantes de la realidad, tocando temas que muchas veces son considerados tabú para la infancia. Esta literatura engrandece al lector, pues confía en sus capacidades para entender realidades complejas.
La literatura nórdica es un ejemplo de como no hay temas prohibidos para la infancia, como los niños y las niñas se enfrentan a temas complejos y como la literatura puede ser un espacio que se abre para conversarlos de manera honesta. Se posibilita así ahondar en el mundo interior e intelectual de los lectores y se permiten nuevas visiones, y discernir, interpretar y plantear nuevas preguntas.
Constanza Mekis. Bibliotecaria de la Universidad de Chile. Cursó Magíster en lectura, libros y literatura infantil y juvenil en la Universidad de Zaragoza. Fundadora de la Coordinación Nacional de Bibliotecas Escolares/ CRA del Ministerio de Educación de Chile, de la que estuvo a cargo durante 22 años. Actual presidenta del IBBY Chile y de Fundación Palabra. Exdirectora para América Latina de la IASL. Ha participado como maestra en diversos diplomados y magísteres en España y Chile. Actualmente es profesora del magíster Lectura, Libros y Literatura Infantil y Juvenil, de la Universidad de Zaragoza, y del magíster Didáctica del Lenguaje, de la Universidad Alberto Hurtado. Consultora internacional para Perú (BID), Argentina, Brasil, México, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Paraguay (Banco Mundial), Colombia, Costa Rica y Ecuador, desde la OEI y el CERLALC. Premio Bibliotecaria Destacada 2016, otorgado por el Colegio de Bibliotecarios de Chile.
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Pezoa Véliz con Vargas Stoller, al interior del CESFAM Puertas Negras.
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