Francisca Badilla: “Libroalegre ofrece relatos que los niños pueden asimilar a partir de su propia realidad y experiencias”

7 abril, 2020

Quien haya visto una biblioteca itinerante y un carrito de libros recorrer distintas plazas de Concón, conocerá Angélica Letras, proyecto de fomento lector infantil que desde el año 2017 realiza itinerancias de lectura para niños y niñas en distintos sectores de la comuna. Francisca Badilla (23), una de sus co-creadoras, nos cuenta sobre el proyecto y sus desafíos, y sobre su vínculo con la literatura infantil y las Bibliotecas Libroalegre.

– Francisca, ¿cómo empieza tu vínculo con los libros infantiles?

Mi primer contacto con los libros fue a través de Libroalegre. Desde los 7 años frecuento la biblioteca y en ella he tenido acceso a libros de diverso contenido y formato. Esta experiencia fue decisiva para que me interesara en la lectura y, posteriormente, que surgiera en mí la necesidad de compartirla. Y así comencé a trabajar en Angélica Letras.

– ¿Recuerdas algún libro en especial?

Dos clásicos de la biblioteca, para mí, son El topo que quería saber quién se había cagado en su cabeza y Dogzilla. También recuerdo otros por sus autores: Anthony Browne, Quentin Blake, y los cuentos de princesa de Tony Ross. Esos son títulos que sigo leyendo hasta el día de hoy porque marcaron mucho mi experiencia en la lectura.

¿Qué te aporta la lectura?

Mucho, en muchos aspectos. Todo depende de lo que se lee y por qué se lee. Si es que leo simplemente porque deseo leer, o porque tengo que informarme, por ejemplo. La lectura me da una especie de confianza en mí misma porque siempre me entrega algo, me llena un poquito más.

-¿Cuál crees que es el aporte a la comunidad o a la sociedad de las bibliotecas en general, y de Libroalegre en particular?

Siento que lo que genera Libroalegre es especial porque se trata de un espacio particular, un lugar pensado para los niños. Es difícil situar a niños en una biblioteca común, ya sea por el silencio que debe haber o por el cuidado que hay que tener con los libros. Este espacio es fundamental  para el desarrollo de los niños en diferentes aspectos -como personas, como sujetos críticos-, y realmente se nota el cambio. Yo viví ese proceso, Libroalegre me formó como lectora a través de una experiencia apropiada y positiva de la lectura porque tienen diferentes títulos y tipos de libro que te invitan a experimentar, a no exigirte leer algo que no entiendes, que es complejo, porque a veces uno cree que tiene que leerlo, que hay que terminarlo.

– ¿Cómo explicarías a alguien que no ha venido a esta biblioteca con qué libros se encontrará aquí?

Me ha tocado explicar antes el ambiente de esta biblioteca y sus libros, y lo primero que digo es que hay libros y cuentos que son atractivos para los niños por los temas que abordan y por su formato, y a eso se une el espacio en donde están. Creo que lo más importante es que los niños lean libros que les atraigan, que se sientan involucrados por la cercanía de una historia, y Libroalegre ofrece relatos que los niños pueden asimilar a partir de su propia realidad y experiencias.

– El año 2017 surge Angélica Letras, ¿por qué decides emprender este proyecto?

En Angélica Letras trabajamos activamente dos personas, pero contamos con el apoyo de otras cuya participación es fundamental para que todo funcione. Mi compañera Paulina Moris fue quien generó este proyecto y nos convocó.  Yo comencé a involucrarme más debido a mi experiencia desde tan pequeña en la biblioteca y su fuente de libros. Juntas desarrollamos la idea de lo que sería Angélica Letras y la aterrizamos. En un inicio las expectativas eran muy grandes, pero finalmente todo se simplificó a leer cuentos en espacios públicos. Y ahí es donde fue muy importante vincularnos a Libroalegre y traer sus libros, así fue muy fácil que los niños se interesaran.

– Tras dos años de trabajo fueron consolidando el proyecto, y en 2019 obtuvieron financiamiento de Fondo de Fomento del Libro, ¿qué supuso eso?

Cuando solo teníamos la voluntad de hacer actividades, sin financiamiento, los niños participaban menos porque no había tanta continuidad, no siempre podíamos ir a las mismas plazas. En 2019, a través de un trabajo más constante, vimos una evolución y hoy podemos seguir en  varias plazas y sectores de la población Vista al Mar, población El Carmen, población RPC y plaza Patricio Lynch en Concón viejo. Nuestro trabajo ha tenido resultados positivos y, gracias al Fondo de Libro, además también hemos podido comprar libros y armar una pequeña biblioteca con 60 títulos.

– ¿Cuál es el mayor logro de Angélica Letras, pensando en los niños y en la familia?

Trabajamos en lugares periféricos, donde no llega oferta cultural, donde los vecinos y vecinas se sienten abandonados. Muchas personas nos han comentado que frecuentemente les iban a ofrecer actividades que nunca se concretaban. Hoy, gracias a la constancia de ir todos los meses a un sector en particular, sentimos que los vecinos han vuelto a confiar. Nos costó mucho llegar a eso, a que confiaran y dejaran a los niños salir de sus casas a participar. Por los niños, ojalá fuéramos todas las semanas, todo el tiempo. De repente, la espera de ir una vez al mes se vuelve demasiada para un niño. Es frustrante, cómo le hacemos entender que vamos este sábado y después vamos a otra plaza. A pesar de eso,  hemos tenido buena llegada y los niños lo han demostrado asistiendo, participando y pidiéndonos siempre que regresemos.

– ¿Cuáles son los libros preferidos de los niños?

Los libros que más han gustado son los de Willy, de Anthony Browne, a los niños les hace mucha gracia este personaje. Otros títulos que también les llaman la atención son los que promueven la reflexión, como el cuento de la familia de La Cerda, también de Anthony Browne y que habla sobre el machismo y los roles de género. Este libro generó más cuestionamientos de lo que esperábamos, tiempo después de haberlo leído, nos encontrábamos con niños que nos decían: “Llegué a la conclusión de…” o “este personaje se parece mucho a mi mamá, o a mi abuela”. Otro libro que siempre mostramos es el del topo que mencioné antes y que habla de la caca. En los niños siempre está la necesidad de hablar de temas que son tabú.

– ¿Qué proyecciones tienen para Angélica Letras? ¿Cuál es su sueño hoy?

Nos gusta mucho ser un proyecto itinerante, aunque también creemos que se necesita una biblioteca infantil en Concón. Claro que queremos llegar con el carrito de libros a más lugares: la playa, la plaza, el cerro… Todo es posible con un carrito y libros. Nos gusta convocar a las personas, de una manera no invasiva, que se acerquen; el simple hecho de que nos vean leyendo en una plaza ya genera algo diferente en la comunidad. Yo creo que ese es nuestro principal sueño y esperamos que no decaiga, que más gente quiera sumarse y que sigamos creyendo en este proyecto. 

Francisca leyendo para el proyecto «Angélica Letras».

 

Conoce más detalles de Angélica Letras en:

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