Roberto Gómez Armijo, el Mago Timón, hace magia hace 10 años. Es profesor de música titulado de la Universidad de Playa Ancha, clarinetista, clown y mago infantil. En esta entrevista nos cuenta sobre sus experiencias con la magia y el mundo de los niños.
¿Cuándo empezaste a hacer magia y por qué?
Comencé hace 10 años. Durante el día trabajaba con niños en un programa del Gobierno donde conocí a un mago. Él me enseñó algunas cosas que utilicé en otro trabajo que tenía durante la noche. Trabajaba como bartender y comencé a hacer magia con cartas y accesorios del bar, y a practicar los juegos con la gente que se quedaba en la barra. Y así partió todo. Hace siete años debido a mi experiencia trabajando con niños, decidí dedicarme exclusivamente a la magia infantil.
¿Por qué magia infantil? ¿Es diferente de la magia para adultos?
Elegí la magia infantil porque me gusta la dinámica de la presentación de los efectos, y ahí es donde se encuentra la diferencia con la magia para adultos. El adulto disfruta del efecto en sí (aparición, transformación, adivinación, etc) y de qué tan sorprendente e inexplicable puede ser para él la experiencia de verlo, nutriendo esa satisfacción con el desarrollo de la rutina. El niño, en cambio, disfruta del desarrollo, de la historia, de la participación que tenga, de la ludicidad, de todo el viaje que tenga que vivir para alcanzar que ocurra el efecto que propone el mago. Ese viaje es donde radica el éxito o el fracaso de alguien que realiza magia para niños. Son un público muy inquieto, sincero y transparente. Si no les gustas, te lo van a decir. Además me identifico mucho con esa personalidad.
¿Cuáles son las reacciones de los niños frente al espectáculo según tu percepción?
Como dije anteriormente son sinceros y radicales. Si logras conectarte con ellos, no los perderás en todo el show. Vivirán las mismas emociones que tú y lograrás que disfruten la experiencia intensamente. Por el contrario, si no les agradaste, si no logras conectarte, te lo dirán, se lo dirán a los otros niños y no les interesará aunque estuvieras haciendo desaparecer un elefante frente a sus ojos.
¿Hay algún comentario o reflexión que recuerdes que haya hecho algún niño?
Sí, hay varios. Generalmente hago una dinámica de respuestas rápidas en que deben contestar “SI” o “NO”. Uno de los niños, a la pregunta “¿Quieren a su mamá?” respondió con un grito «Sí». Al segundo después, exclamó: «¡¡AHHH, NO!!». En otra ocasión, solicité el apoyo de una persona del público que tuviera mucha energía. El hijo de los dueños de casa levantó la mano y respondió: «Deberías elegir a FULANA, ella siempre tiene energía aunque trabaje todo el día haciendo cosas en la casa». No recuerdo su nombre, pero él se refería a la persona que trabajaba en su casa como empleada puertas adentro. Y así surgen siempre situaciones en que sus comentarios dejan al descubierto sus sentimientos, realidades y vivencias personales.
¿Qué opinas de la calidad de los espectáculos para niños en Valparaíso en particular, y en Chile en general?
Me gustaría que fueran mejores, aunque hay espectáculos de muy buen nivel. Creo que debemos seguir estudiando el mundo infantil para realizar espectáculos especializados. Muchas veces nos centramos en lo que los adultos creemos que es adecuado para los niños, y no lo que ellos necesitan. Lo que me gusta de Valparaíso es que hay espacios y artistas que están trabajando en ello.
¿Crees que se pueden vincular la magia para niños y la literatura infantil? ¿Cómo?
Toda persona que trabaje con niños debiese buscar las herramientas necesarias para comprenderlos no solamente desde la disciplina que practica. La literatura infantil tiene mucha información para entender su mundo, sus inquietudes, sus gustos, las etapas que están viviendo. Además dentro de las formas de presentar un efecto mágico podemos encontrar la narración de historias, y qué mejor lugar para encontrar una historia adecuada que en la literatura infantil.
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